El vallado o la obra



Algunos hacen chistes malos porque creen que son buenos, y entonces les gustan, y otros porque les gustan, aunque no creen que sean buenos (será malo, pero me puede). El resto de los que saben o creen que no son buenos, no los hacen porque entonces no les gustan; son el reverso lúcido de los primeros.
Cuando se tiene, la lucidez sobre lo malo que es un chiste hace que se lo evite o que se lo visite como si fuera un cuadro en exposición, que se lo admire o se le tome simpatía o afecto, o al menos que se lo banque y, entonces sí, que se lo festeje o incluso que se lo haga. Para los que saben o creen, la diferencia en las reacciones ante lo malo del chiste puede traducirse en una diferencia de foco: o es el vallado (respetado por la mayoría de esos visitantes) o es la obra detrás del vallado (perpetrada y/o festejada por la minoría restante).

Hay 3 comentarios:

Ombligo Verde
26 de mayo de 2009, 19:24

Hey zorro, yo tengo un chiste malo! Es estructuralmente el vallado, pero al tener un juego léxico interesante y unas intertextualidades que no son gran cosa pero tampoco son de todos los días, se podría decir que semánticamente es la obra detrás del vallado. Primero cuando lo cuento hay dos reacciones a) parece tonto o b) no lo entienden. es muy interesante que las reacciones sean tan dispares. Después sigue un "uuuuh es maliiiisimo" pero con una carcajadita que contradice lo anterior. Nunca descansaré, lo voy a contar una vez por día hasta que me muera pero el chiste se haya hecho famoso y podamos dilucidar su verdadera identidad maldita o divina.

Pero no, no te lo cuento ahora.


Ombligo Verde
26 de mayo de 2009, 19:26

Apu- ¿qué ondas homeros con las sintaxis de mi ultimas oracion? creos que esta raras.


el Zambullista
27 de mayo de 2009, 3:17

Yo me propuse hacer famosa una frase, que siempre (mejor dicho, cuando tengo confianza) uso en lugar de la que me piden repetir cuando no me entienden: "La bataraza puso un huevo". La elección es arbitraria, puramente afectiva: la frase no tiene ningún mérito, no significa nada especial, no encierra ninguna sabiduría ni hace ningún gesto que debamos interpretar, pero a tanta humildad me dieron ganas de hacerla famosa. Así que te entiendo lo del chiste. Y si querés, contalo con confianza. Soy de los que festejan (y hacen) chistes malos sin culpa (ni siquiera los muuy malos me arrancan un reproche o una reprobación; como mucho, me quedo sentado en la butaca, sin aplaudir).