Conexiones laterales (Lo que dice la frase II II)



1.

El uso mnemotécnico de una frase es pariente cercano de los servicios descriptivos de los nombres, que si definen o caracterizan lo que llaman, mejor. La definición o retrato que hay en el nombre “El hacedor de viudas” es un valor agregado al uso suficientemente designador, identificatorio.
La vocación de significar que tienen esos nombres es incluso rutilante, ya sea por lo humorístico o por lo solemne o serio. El truco mnemotécnico de la frase “Los que estornudan van al cielo” pretende inducir a asociar; es como un Dígalo con mímica, pero con conexiones laterales.

2.

La misma técnica usa Yu Tsun en el cuento de Borges “El jardín de senderos que se bifurcan”. Pero no la usa para conservar un dato, sino para comunicarlo discretamente, para hacerlo llegar «al oído del Jefe [...] que en vano esperaba noticias nuestras en su árida oficina de Berlín, examinando infinitamente periódicos...», como quien espera que le envíen un mensaje cifrado o una alusión privada o distraída.
Yu Tsun tuvo suerte: ese nombre debe ser bastante frecuente o verosímil entre personas y entre ciudades. Si no fuera así, el pasaje de un sentido (“Yu Tsun mató a un tal Stephen Albert”) a otro (“La ciudad a bombardear es Albert”) haría ruido y no pasaría desapercibido. Por ejemplo: si en lugar de “Albert” la ciudad a bombardear se llamara “Buenos Aires”, la guía telefónica ya no le serviría a Yu Tsun.
Y si encontrara a algún señor o señora Buenos Aires, en un contexto de países en guerra esa coincidencia llamaría la atención de la policía, que blindaría la información para que no llegara a los diarios. (Yu Tsun podría optar por mandarle a su jefe una encomienda con un anacrónico Adán Buenosayres de Marechal, y aquí no se ha lastimado a nadie.) Es un nombre demasiado singular, a diferencia de Martín García (se entiende: suele ponérseles nombres de personas a las ciudades, y rara vez al revés).

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