Lo irrevocable indeseable



1.

La potestad de revocar algo consumado, cercano o antiguo, es más deseable cuanto más indeseable es ese algo (por ejemplo, una separación, una desgracia, una tragedia, un accidente, la muerte de un ser querido –siempre es tarde para revocar la propia). Lo mismo vale para la potestad complementaria y simétrica de evitar algo a consumarse, inminente o sólo previsto.
Simétrica, porque apunta en la otra dirección del tiempo. Complementaria, porque al cubrir esa zona completa un menú de deseos de invulnerabilidad: aquellos que miran hacia atrás o hacia adelante, no hacia los costados –si se me perdona la espacialización del tiempo. (Menú, porque no se tiene que, pero se puede optar por uno de los dos deseos: si no me distraigo, con el poder de evitar no llego a necesitar el de revocar; si me distraigo, con el poder de revocar no importa si no tengo también el de evitar, excepto ante la propia muerte.)

2.

La potestad de evitar pasa de deseable a indeseable –de tentación a amenaza– con el anhelo, por ejemplo, que es un deseo de alcanzar algo (lo opuesto de eludirlo). Se supone que nadie desea impedir lo que anhela.
La potestad de revocar pasa de deseable a indeseable con, por ejemplo, la nostalgia, que es un deseo de restaurar algo (lo opuesto de borrarlo). Se supone que nadie desea revocar lo que añora.

3.

Para revocables, están las cosas de las que nos arrepentimos o avergonzamos (ante las que bajamos la vista o cerramos los ojos) y las que todavía nos siguen doliendo (con las que apretamos los ojos). Pero por muy deseado que resulte ese poder revocatorio, sabemos que no es una posibilidad disponible (al menos, no es una probabilidad por la que convenga apostar nunca).
Otra vez, la imposibilidad de cambiar lo que fue, que es la irrevocabilidad, es simétrica a la de cambiar lo que va a ser, que es la inexorabilidad. Sobre el eje de la simetría, en las imposibilidades de cambiar lo que es se leen indicios de una realidad necesaria: resistente al cambio (tenazmente inercial) y reacia a las alternativas; indicios de la naturaleza de alguien o algo, de su esencia o más fiel identidad, de lo que no abandona ni lo abandona. Es, en definitiva, aquello que se pretende proteger (restaurando o inmunizando) con los deseos de revocación y elusión: es el sujeto de la invulnerabilidad fantaseada hacia atrás o hacia adelante (hacia los costados de su presente las fantasías son otras, más de irrealidad que de no realización).

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