Narrar y describir




1.

   El dibujo de Quino que motivó el ensayo “Teléfono no roto” narra una historia: la impaciencia de la fila aumenta de la viñeta 1 a la 2. Uno de los dos co-protagonistas describe lo que el otro convierte en una pintura, según descubrimos en la viñeta 3 (que es el otro lado de la 2, no su continuación; hay dos momentos de una historia, el segundo a doble faz).
   Este ensayo es un desprendimiento de aquel, una digresión que creció demasiado como para quedar ahí. Volvamos a hablar de cuadros y secuencias. Empecemos por un

Glosario

Narrar = relatar lo que ocurre (1) o contar lo que ocurrió (2) = ir respondiendo a la pregunta
¿Y ahora qué? (1)
o
¿Y qué pasó después? (2)
Describir = relatar lo que hay (1) o evocar lo que había (2) = responder a la pregunta
¿Qué hay y cómo es? (1)
o
¿Qué había y cómo era? (2)

   La narración se dirige –o se espera que se dirija– a un final que complete la historia, la cierre o no; un final bueno o malo, feliz o triste...

   Resolver una historia es resolver todos sus enigmas (o sea, obtener respuesta para todas las preguntas típicas del método que se puedan hacer ahí).
   Entre eslabones de una narración hay dependencias; entre items de una descripción, no, y por eso pueden ir en cualquier orden. Lo más cercano a una narrativa que puede hacerse con cuadros independientes es una curaduría, que también podría disponerlos en mapas conceptuales o en series temáticas, por ejemplo.
   Creo que esa indiferencia al orden está en la base de la incomodidad y rechazo que suscita la descripción (o su abuso) en Lukács y en Valéry (citado por Adorno), por un lado, y en los estructuralistas asistidos por el Barthes de “El efecto de realidad”, por otro lado.
   Simplificando mucho, narrar es convertir un segmento de discurso en un eslabón, que será el que reciba al próximo segmento para que se convierta en el próximo eslabón e integre en el mismo acto la cadena. Los eslabones ya se fabrican eslabonados; la narración es esa fabricación, esa máquina de hacer cadenas, como lo ilustra una literal:


2.

   Más allá de cómo se presenten (syuzhet), los hechos narrados sucedieron en un orden (por razones causales o casuales), al que los formalistas rusos llamaban fábula. En este sentido, la narración sería otra con otro orden fabulesco. La descripción es una lista, que está en algún orden pero podría estar en cualquier otro sin dejar de ser esa misma lista.
   Es la diferencia que hay entre un conjunto y una serie: un número cardinal nos dice cuántos elementos tiene un conjunto, sin importar en qué orden puedan estar; un número ordinal nos dice qué posición en la serie tiene un elemento, qué término es (el 2º o el 6º de una fila, por ejemplo).
   Hay dos tipos de conjuntos que, por su cardinalidad, aun si no hicieran abstracción de lo ordinal desconocerían lo que es un orden: el conjunto vacío y cualquier conjunto unitario.
   Borges agregaría un conjunto infinito, pero eso es parte de su horror infiniti; sin ir más lejos, la serie natural {1, 2, 3, ...} es infinita y está ordenada.
   No sólo con 0 (cero) elementos no hay algo a ordenar, sino tampoco con 1 (uno). Para ignorar o significar un orden se necesitan al menos 2 (dos) elementos. Una lista de 1 item, más que lista es un chiste:

Los Simpsons 03x11: “Burns y los alemanes”

   Recapitulemos. La lista (o enumeración) mínima no tiene 1 item, sino 2; la cadena mínima no tiene 1 eslabón, sino 2. Para activarse, la diferencia tónica/átona necesita al menos 2 sílabas, el doble de las que tiene un monosílabo. El item y el eslabón solitarios también deberían duplicar su número para ser los primeros de una lista y de una cadena, desde mínimas (2 unidades) en adelante. Menos que eso es como decir que salí 1º en una carrera en la que largué solo: sin nadie que haga al menos de 2º y último, no hay carrera; hay un paseo solitario, aunque sea sobre una pista. Sin 2 no hay diferencia (y a veces tampoco sin 3).
   Va de nuevo, con un leve cambio de perspectiva. El 1º grado de tildación (identificación de la sílaba tónica de la palabra) tiene una palabra disilábica (el 2º grado, una trisilábica; etc.); un monosílabo es el grado 0 (cero). El 1º grado de "listacidad" tiene 2 items; el grado 0 es un item solo. El 1º grado de "cadenidad" tiene 2 eslabones; el grado 0 es un eslabón solo. A partir de 2, la lista apila y la cadena eslabona.

3.

   Lista y cadena no definen qué es una descripción y una narración; sólo son su morfología para casos plurales. ¿Y qué pasa con los casos singulares? ¿Cómo sabemos si un enunciado suelto describe o narra? Por mera semántica verbal. «Una vaca se comió se compró una flor» es un acontecimiento: se narra, se cuenta; «...porque estaba de muy buen humor» es un estado: se describe. (Y decir esto sobre esa acción o el estado que la explica es un comentario.)
   Hay varias clasificaciones semánticas de los predicados verbales. En la de S. Dik, que usa dos parámetros (dinamismo y control: cambio y voluntad), los eventos de una narración son dinámicos, sean controlados (acciones) o no (procesos), y los eventos de una descripción son estáticos, sean controlados (posiciones) o no (estados).
   Si la vaca estaba de muy buen humor, es que había pasado de no estar a estar así, y esa secuencia ya es narrativa, y con ella el verbo 'estar'. Pero ese cambio está implícito: se infiere, no se ve; se ve (se enuncia) un estado o una ubicación, se infiere el cambio del que resultan. El viaje del que ese estado o esa ubicación son una parada y una instantánea es lo narrativo implicado en el verbo 'estar'; pero la instantánea con un estado o una ubicación es descriptiva.
   En resumen, los enunciados de estados o ubicaciones describen algo o a alguien, junto con los enunciados de 'ser' y 'haber'/'tener' (son bastante intercambiables: “Había muchas flores en esa florería” ≊ “Esa florería tenía muchas flores”).
   Para volver a decirlo de otra manera y con otro ejemplo: definiendo una categoría (“Un extraterrestre es alguien de otro planeta”), categorizando una identidad (algo o alguien: “Krypton es un planeta”, “Superman es un extraterrestre”), identificándola (“Ese es Superman”), caracterizándola (“Superman es muy fuerte”), dando su estado (“Superman está preocupado”) o su ubicación (“Superman está en esa casa”), describimos, sea con 1 item o con varios. Y cualquier cosa que haga Superman (volar, detener un tren, etc.), que le hagan (atacarlo, descubrirlo, etc.) o que le pase (preocuparse, enfermarse, etc.), la narramos, ya sea usando 1 viñeta (no hay desarrollo) o más de 1 (sí hay).
   Desde ya, lo más común es que un discurso alterne narración con descripción, a veces interrumpiendo una descripción para narrar y a veces –casi siempre– al revés.

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